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Desde el año 2008 se celebra, anualmente, en general a mediados del mes de marzo, el Día Mundial del Sueño. Su objetivo es concientizar acerca de la importancia de la duración de la noche y el buen dormir. El día coincide con el viernes previo al equinoccio de otoño del hemisferio sur y de primavera en el hemisferio norte. El equinoccio representa el día del año en que el día y la noche duran casi lo mismo. Todos los especialistas a nivel mundial realizan múltiples esfuerzos buscando educar y concientizar acerca de los trastornos de sueño.
Este año el lema que nos precede es “Regular Sleep, Healthy future”, es decir “Sueño saludable, futuro saludable”.
Es de vital importancia entender que para poder tener un futuro saludable es necesario dormir bien. El sueño no sólo cumple funciones de “descanso”: durante el mismo se llevan a cabo procesos de reparación celular, depuración de sustancias del líquido cefalorraquídeo, se fija memoria, se producen hormonas como la tirotrofina (TSH) responsable de estimular la función de la glándula tiroides, la hormona de crecimiento o GH, la insulina responsable de regular nuestra glucemia y la melatonina responsable de regular nuestro ritmo de sueño (entre otras).
A medida que pasan los años, hay una disminución progresiva de células funcionales en todos los sistemas corporales. Como consecuencia, los huesos se van descalcificando, el peso y estatura comienzan a disminuir, hay pérdida progresiva de la audición, se altera la capacidad de regular la temperatura corporal, y el cerebro no es la excepción a los cambios. Al mismo tiempo que envejece nuestro cuerpo, envejece nuestro “reloj biológico”: se modifica nuestro “ritmo de sueño”.
¿Qué pasa con las personas mayores y el sueño? La Dra. Florencia Angellotti, neuróloga y experta en medicina del sueño, nos explica: “La persona mayor tiene un sueño más superficial, más fragmentado y menos eficiente. Tiende a acostarse más temprano y levantarse antes. Esto se llama “avance de fase”. En general, el sueño en las personas mayores es de inicio temprano, con varios despertares a lo largo de la noche, con disminución de la cantidad de sueño profundo. La cantidad y calidad de sueño son menores. Es así, que en la edad media de la vida el promedio de sueño es de 7-8hs y a medida que transcurre el envejecimiento van disminuyendo, llegando incluso a 5hs en mayores de 80 años. Estos cambios en la cantidad y calidad del sueño se acompañan de cambios a nivel endócrino, cognitivo y de nuestro nivel de alerta”.
Además, la Dra. Angellotti resalta que “no dormir la cantidad de horas suficientes, o dormirlas, pero de forma ineficiente puede resultar en síntomas diurnos como la somnolencia (hacer un esfuerzo para mantenerse despierto en situaciones en las que debería prestarse atención), dolor de cabeza, cambios de humor, distracción, pérdida de memoria, cambios en la presión arterial, entre otros”.
Algunos consejos para mejorar el sueño en la persona mayor incluyen:
- promover rutinas que marquen horarios durante el día
- realizar tareas de estimulación cognitiva
- verificar la necesidad de suplementos de hormonas, minerales y oligoelementos deficientes
- asegurar una adecuada nutrición.
- Por ejemplo, entre los cambios rutinarios, si la cantidad de horas de sueño no son suficientes, puede ser de gran utilidad la realización de una siesta durante el día. Existen también diferentes suplementos farmacológicos para inducir o mantener el sueño como la melatonina, sin embargo, a pesar de ser de uso masivo siempre es importante contar con indicación y un adecuado seguimiento por parte de un profesional médico.
La pandemia por COVID-19 también ha impactado en los hábitos de sueño de las personas. Una reciente encuesta llevada a cabo por la Asociación Argentina de Medicina del Sueño muestra que durante el primer trimestre de la pandemia un 53% de los encuestados reportó dormir mal, un 23% afirmó tener un aumento en las pesadillas y un 43% ansiedad. La encuesta fue realizada a 2594 personas en Argentina durante mes de abril 2020 que fue la fase de confinamiento total.
Para finalizar la Dra. Angellotti nos recuerda que “Dormir bien es tan importante como controlar nuestra salud ósea, la hipertensión arterial o la diabetes, para poder tener una vida más sana. Por eso este año, hacemos énfasis en la importancia de una prolija rutina de sueño, para dormir mejor y tener un futuro más saludable”.